Como amante del cine y también de los animales debo decir que este año que acaba de finalizar ha sido de los peores en cuanto al uso y maltrato de animales a la hora de hacer películas. Si bien es cierto que se estrenaron películas tan fantásticas como Los Vengadores, hay otras que son mejor olvidar como es el caso de la película española Blancanieves o la norteamericana El Hobbit que se recordarán como unas de las películas más crueles y sangrientas para los animales.
Blancanieves
En cuanto a Blancanieves, si bien es cierto que ha sido nominada en 18 categorías para los premios Goya, tiene su lógica después de recibir financiación por la Generalitat de Catalunya, TV3 y Canal +. A falta de la repercusión que se esperaba, ¿que mejor que pagar y presionar para ser nominada cuanto más posible? Ahora bien, no tengo intención de meterme en algo totalmente ajeno al objetivo de este post por lo que dejaremos para más adelante el tema de subvenciones al cine español. El tema que más me preocupa es el maltrato y asesinato de hasta 9 novillos en el rodaje de esa película en una lidia a puerta cerrada, hechos tipificados como infracciones muy graves en la legislación española. Por suerte ya pesa una denuncia interpuesta por la Plataforma La Tortura no es Cultura así como un expediente sancionador abierto recientemente por la Comunidad de Madrid que acabará en nada y lo más curioso es que aquellos que en su momento hicieron de la «anti-tauromaquia» como un recurso electoral, sean ahora los que financien esto.
Eso si, todo pronto quedará en el olvido y más cuando se le otorguen los Goya aunque pesen sobre ellos dos denuncias y pruebas que demuestran los hechos.
El Hobbit
Por otra parte nos encontramos a la nueva y «maravillosa» trilogía de El Hobbit que empieza con mal pie y es que es responsable de matar directa e indirectamente 27 animales antes, durante y tras su rodaje entre los que se pueden contar, eso si, saldrá con el sello de la American Humane Association en los créditos de la película como que no se maltrataron animales porque no fue ante la pantalla sino durante el entrenamiento y preparación de estos animales para su puesta en escena. El summun de la hipocresía y la mentira.
Todo se descubrió gracias a Chris Langdridge, el entrenador de los caballos que denunció que los animales estaban en condiciones precarias, a más de 300 Km del lugar del rodaje sabiendo que el transporte es una de las cosas más traumáticas para los caballos, como comenta, según sus propias palabras como «trampas mortales» para los caballos con sumideros subterraneos e irregularidades del terreno que provocaban que los animales se despeñaran y muriesen.
El cuidador hizo todo lo posible para evitar los accidentes, tendiendo alambradas para que los caballos no entrasen en las zonas más peligrosas y rellenando los sumideros, pero terminó desistiendo tras varias muertes. En concreto, se mencionan los casos de ‘Rainbow’, un pony que se rompió la espalda y tuvo que ser sacrificado, y de otro animal llamado ‘Doofus’ que sufrió heridas muy graves en una pata al enredarse en alambre de espino. Otros caballos, según la misma fuente, murieron al ahogarse en arroyos, o al intoxicarse con alimentos en mal estado. En este recuento, además, habría que sumar un número considerable de cabras, ovejas y gallinas, que habrían caído víctimas de ataques de perros vagabundos, entre otras causas del mismo modo que otro caballo fue muerto por ser atravesado por una espada durante un entrenamiento. Según Jackson y los productores, esto fue una muerte natural.
Al final no pudo continuar, tuvo que abandonar su trabajo y denunciar estos hechos. Según el comunicado de Associated Press, algunos capataces y cuidadores que trabajaron en El Hobbit afirman haber dimitido a consecuencias de este panorama. De hecho, indica la agencia, los hay que se niegan a dar sus nombres para así no comprometer sus futuros laborales.
Si estáis en contra de la tauromaquia, ¿qué razón puede haber para justificar estos maltratos y muertes injustificadas en pro del espectáculo?