Un tal Constantino fue pillado cuando iba con su coche a 260 kms/h por una autovía autonómica. Es de lógica saber que puede suceder a esa velocidad por más coche que se lleve y que lo peor, para mi, no es que el responsable fallezca por su temeridad e imprudencia sino que, como la mayoría de ocasiones, se lleven por delante a gente inocente que respetaba las normas viales. Por lo visto la justicia no piensa así dado que ha sido abusuelto por » Según la sentencia, aunque ir a 260 kilómetros por hora constituye una conducta «manifiestamente temeraria, al infringir gravemente las normas de circulación», que crea «rechazo y reproche en la mayoría de la sociedad», no se puede considerar como un delito de conducción temeraria porque «no hubo ninguna circunstancia de peligro concreto», requisito necesario para aplicar el artículo 381 del Código Penal.» O en otras palabras, «casi tiene que matar a alguien o a el mismo para que se considere delito. Eso si, el inculpado dijo en su defensa que no iba a 260 porque su nuevo Audi A-8 tiene la limitación de velocidad a 250 Kms/h.
Este punto ya me parece vergonzoso de por si, tanto por que se le devuelva el carnet a semejante personaje como al papel desempeñado por la justicia española en este caso y es que lo peor es que sienta un precedente que más de un inutil de estos se acojerá siempre y cuando «no haya un casi mato a alguien»
Pero ahora viene lo mejor peor. El tal Constantino reclama daños y perjuicios al Estado de una cantidad de nada más y nada menos de 313.454 euros (algo más de 52 millones de las antiguas pesetas) por varios aspectos, según el. El primero es que durante su retirada de carnet no pudo trabajar y eso implica su no ganancia económica, otro es el del respeto dado que su foto/imagen salió en diferentes medios de comunicación y se vió agrabado, insultado y marginado por ello y por la imposibilidad de coto y caza por ello cree justo que se le abone esa cantidad de dinero por ser la pobre victima que sufre el atropello.
Mi punto de vista es el siguiente y es que no solo no lo absolvería sino que se tiraría no 13 sino 130 días en la carcel por temerario, imprudente y no tener cabeza, no solo pondría su imagen en una noticia un día y listos sino en una web detrás de otra y hasta en la caja de los cereales para ver el tipo de rostro que tienen esos estúpidos que por su idiotez acaban con vidas de otras personas que sin comerlo ni beberlo ven como un desgraciado acaban y truncan sus futuros, o el de sus hijos o el de su familia y amigos. No ha tenido ni mucho menos el castigo que se merece sino una pequeña palmadita en la espalda donde ha faltado decirle «bah, no lo vuelvas a hacer eh?» Ese tio debería estar inhabilitado de por vida de conducir un vehículo aunque de una bicicleta se tratara.
Fuente: LaVanguardia.es