Se colmó mi paciencia de la sanidad

Debo suponer que viendo como van las cosas… este va a ser el paso que habremos de dar poco a poco y forzosamente todos y es que literalmente y con todo el respeto del mundo, «Estoy hasta las narices de la seguridad social».

Hasta ahora he defendido esta forma de política de un modo bastante vehemente teniendo en cuenta como están estos temas por otros países del mundo viendo que, tranquilamente te puedes morir en la calle si no tienes contratado un seguro médico… pero pese a eso casi que se puede decir que a pesar de tener una «maravillosa» Seguridad Social casi que también te puedes morir esperando a que te toque en la lista de espera. Ando bastante cansado de perder mañanas enteras, ergo no productivas y no ganancias, por el hecho de esperar listas, horas que no se cumplen ni por una hora de diferencia, aguantar unos tratos bastante despreciables, ir andando con mi abuela de un lado a otro y con un simple chequeo mencionar que está bien teniendo en cuenta que lleva 4 días sin poderse poner de pie, esperar en mi caso 6 meses a un electroencefalograma para ver como actúan últimamente mis neuronas respecto a la migraña (provocada por sobreactividad neuronal) y lo que es peor, ver como dos personas de otros países recién llegadas se ponen a batallar sobre cual de las dos ha tenido más ayudas y subvenciones del estado y ver que hace tan solo unos años iba rogando de organismo a organismo algún tipo de subvención y microcrédito con un «esto solo es para personas inmigrantes» como respuesta.

Me da pena estar cotizando años y años para después ver que cuando hay algo serio tengo que esperar meses porque la Seguridad Social está saturada y encima, ver que enfrente de mi, tras llevar 4 horas de espera, una persona que lleva posiblemente cuatro meses en España le grita a la de recepción porque lleva media hora esperando porque su hijo está resfriado.

Pues bien, ya estoy más que cansado, más que cansado de ver que si no eres de fuera no te va a ayudar ni el tato, todo lo que consigas o lo consigues tu de la nada o no serás nada, ver que perfectamente puedes estar toda tu vida cotizando para que a la hora de la verdad no te suelten un «a ver si te mueres y dejas de dar por culo» pero casi. Es por eso que estos últimos días y antes de verme en esta situación o peor en unas décadas prefiero meterme en una sanidad privada y de paso crear un plan de pensiones.

Fantástico… fantástico me parece esa cotización, ese enorme esfuerzo económico por parte de las empresas para pagar la seguridad social pero… ¿realmente destinado a sus trabajadores? ¿realmente destinado a la gente que lo necesita? Como siempre… el abuso, si nos regalan uno y nos permiten coger ese regalo, a poder ser cogemos 6 sin importarnos una mierda si los que van detrás tendrán o  no, el ansia de acumular, de gastar, de aprovecharse, de excederse y para después, encima, además de cornudo, apaleado viendo como encima te lo echen en cara como diciendo «sigue cotizando, gilipollas, que ya me encargo yo de amortizarlo».

Si, reconozco estar rallado pero ya tantas horas perdidas para los que tienen contratos blindados te atiendan con desidia y otros vayan a aprovecharse hasta el extremo solo consigue frustrarme viendo como cada hora que me tiro en espera es una hora menos de productividad (curiosamente productividad que se paga a la seguridad social)

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