La empresa cinematográfica sigue algo deshorientada en cuanto a su modelo de negocio. No puedo extraer otra conclusión al ver que ahora se argumente que Twitter tiene parte de culpa en cuanto al éxito o fracaso de un estreno o la recaudación en taquilla dependiendo de los Twitteos o personas que hayan ido a verla o incluso que la estén viendo y procedan a hacer un Twitteo (comentar) que les está pareciendo o les pareció.
Ahora, los estudios de cine han planteado una nueva estrategia, dado que censurar es algo que pueden darlo por perdido, la idea es contener de alguna manera aquellos comentarios que puedan realizarse sobre determinadas películas. La pregunta del tema es… ¿como se puede contener la opinión o gustos de determinadas personas? Hay películas que son un bodrio y antiguamente, sin la existencia de redes sociales o web 2.0 alguien podía ir a verla si no era fan de los foros y se encontraba con dicho bodrio pese a que posiblemente algunos lo habían mencionado en boca-boca pero no es ni mucho menos lo mismo que la repercusión que pueda tener hacer dicho boca-boca a cientos de personas a la vez que a su vez dichos usuarios tendrán otros cientos de seguidores. Es decir, se magnifica o multiplica dicho boca a boca.
En realidad, si los estudios de cine pretenden que haya mayor afluencia a las salas así como una buena crítica, hasta ahora el derecho de la crítica estaba reservado a medios especializados, deberá adecuar el precio de la entrada a los tiempos que corren en lugar de poner precios de lujo para ver una sesión cinematográfica y como no una apuesta por un cine de calidad (algo que en el cine español escasea) y un nuevo tipo de mercado como los Market o Store de dispositivos móviles y alquiler de películas mediante esos dispositivos mediante streaming, una apuesta por las nuevas tecnologías y un abaratamiento de las salas de cine convencionales. Estas medidas serían mucho, pero que mucho más eficientes a la hora de poder generar mayores beneficios pero, en lugar de eso, se sigue criminalizando internet como enemigo aférrimo de negocio (algo muy distante de la realidad), se sigue apostando por las salas convencionales y formatos físicos como DVD, HD-DVD, Blue-Ray o salas de proyección y todo aquello que no sea una de estas formas, estará criminalizado y así no iremos a ningún lado.
Fuente: Reuters