La que se ha liado con lo de Isabel Carrasco y es que a partir de entonces, Twitter, Facebook o cualquier red social se ha llenado de supuestos terroristas o enaltecedores del terrorismo. Nada importan las amenazas de muerte a Alberto Garzón por parte de @OJSamu, miembro de las Nuevas Generaciones, o incluso poner en duda la muerte del hijo de Pilar Manjón en los atentados del 11M por parte del responsable de Nuevas Generaciones de Majadahonda.
Ahora bien, en un medio como internet donde casa semana tenemos que ser testigos de amenazas de muerte, palizas o apología al nazismo en una sociedad donde cada día un mayor porcentaje de la población se ve obligada a dejar de tomar medicinas para poder comer, se ven expropiados de sus viviendas, se encuentran sin prestación de desempleo o personas que en plena crisis no tienen otro medio que quemarse a lo bonzo para hacerse oir.
Ahora bien, por un caso personal en el que una diputada del PP envuelta en no pocos conflictos y causas de corrupción, que llegó a ostentar 12 cargos (Presidenta del PP León, Presidenta de la Diputación, Concejala del Ayuntamiento de León, Consejera de Caja España, Miembro de Tinsa, Miembro de Viproelco, Miembro de una empresa participada de Caja España, Presidenta del Consorcio del Aeropuerto de León, Presidenta del Instituto Leonés de Cultura, Presidenta de Gersu, Miembro de la Asamblea de Caja España, Presidenta del Consorcio Provincial de Turismo) de manera simultánea con sus correspondientes 12 sueldos en un país con una tasa de desempleo del 25% muere a manos por otro miembro del PP todos tenemos que guardar silencio, todos tenemos que lamentar su muerte y todos tenemos que ponernos de luto.
Sinceramente, no veo razonable criticar, condenar y culpar a los usuarios de calle o los internautas de una persona que ha fallecido por una compañera de partido y más, cuando éste partido ha estado amparando cada día a los internautas que se han dedicado a publicar sus fotos con símbolos pre-constitucionales, lindezas de saludos hitlerianos o franquistas o apoyando a aquellos miembros, de su partido o no, que se han ido dedicando a amenazar de muerte a otros ciudadanos.
Ya está bien de hipocresía hombre