En su momento las minas antipersonas y en la actualidad las bombas de racimo (ambas ilegales, por supuesto) se le añaden ahora también la exportación por parte de España, de productos para la tortura humana gracias a un informe redactado por Amnistía Internacional del que se hace eco el diario Terraviva. De ese informe se pueden enumerar entre otros: Palo punzante (porra o garrote con puas de hasta 7 centímetros), esposas de pared y sogas de horca utilizadas para ejecutar a personas en la India, Sri Lanka y Trinidad y Tobago. Esposas de tensión (usadas para mantener al preso en una situación y postura muy dificil en interrogatorios (usadas en la Base Militar de Guantánamo)), porras eléctricas (usadas en Eslovaquia o Bulgaria contra etnias minoritarias como la rumaní). Equipos portátiles y cinturones para provocar descargas eléctricas y grilletes de pies y cintura como los fabricados en Eibar, en la empresa Larrañaga y Elorza a pesar de estar «prohibido» desde el 2001. En fin.. más de lo mismo con la demagogia barata.