Hace algunos años había un famoso humor gráfico en el que se veía a Bill Gates llevándose el Scatergories mientras de fondo había alguien que gritaba «Vaaaale, aceptamos Windows como Sistema Operativo». Ahora está pasando algo similar pero con Microsoft Word y es que al de Redmond no le tose nadie (bueno si, la Unión Europea) y no acepta las críticas recibidas respecto a la sentencia publicada recientemente por un juez de prohibir la venta de Word debido a la infracción de las licencias de XML.
El origen de esta infracción de patentes se originó en marzo del 2007 cuando la compañía i4i demandó a Microsoft por violar la patente de esta empresa originada en 1998. El juez declaró culpable a Microsoft y dado el comportamiento de la compañía de Redmond respecto a este tema, con su clásico desprecio a la justicia, a la obra de otras personas o empresas, primero copiando, plagiando, modificando y por último (en el mejor de los casos) preguntando el juez ha sido realmente duro y justo. Condena a Microsoft el pago de una multa de 200 millones de dólares en concepto de compensación, no vender Word por la sencilla razón de que usa una tecnología que en realidad no le pertenece y 77 millones más en otros conceptos. En resumen, 277 millones de dólares de multa y la peor de todas, la prohibición de vender Word.
Ahora viene cuando Microsoft tiene la pataleta y no acepta semejante sentencia en la costumbre y comodidad que le daba ser el monopolio hace tan pocos años y hacer y deshacer lo que le venía en gana, es por ello que ahora vuelve a jugar al Scatergories con una amenaza un poco triste pero seria. «Si no aceptais a Word como producto de Microsoft y nos permites su venta, lo retiramos del mercado mientras creamos un código exclusivamente nuestro y para ello podemos tardar muchos meses«. Es decir, Microsoft por sorpresa ha cogido a usuarios, empresas y grandes compañías que hacen un uso frecuente de Office como escudos humanos para que la justicia estadounidense cambie de parecer con la amenaza de que o se retractan o se acabó Office durante bastantes meses, lo cual si las compañías y usuarios son realmente inteligentes, podrán comprobar alternativas más asequibles, baratas, seguras y equilibradas como el OpenOffice y no tener que pasar por el aro ni caprichos de Microsoft.
Esto tiene su doble moraleja. Microsoft siempre ha defendido a capa y espada las licencias de software y ahora, cuando una compañía quiere hacer lo mismo que ha hecho Microsoft a lo largo de su historia moviliza a su corte de abogados, a sus trucos de chantaje y extorsión y a las más barriobajeras acciones para salir indemne de todo esto. ¿No queríais licencias? ¿No queríais patentes? Tomad patentes pues.
Fuente: Genbeta