Leo asombrado un post de mi compañero Public Enemy (Xeduced) en el que explica lo sucedido con un compañero suyo y es, ni más ni menos que ha sido despedido por tener Ubuntu en su ordenador portátil (si, el suyo, ni siquiera era de la empresa). En la oficina, su jefe cuando se acercó a saludarlo vio la pantalla de su ordenador portátil y al ver que no era la clásica imagen de windows con su barrita fea y su botón de «inicio» preguntó que a que se debía el tener iconos tan feos en su ordenador. El compañero respondió que se trataba de otro sistema operativo, Ubuntu y es por ello que era diferente.
Al poco rato, por lo visto, el jefe llamó a su hijo de 15 años (considerándolo como maestro de la materia informática) para informarse mejor del tema. Al rato llamó al trabajador al despacho informándole que si quería seguir trabajando en la empresa debería instalar Windows como todo cristiano porque Ubuntu es «Inestable e inseguro» y no quería que material sensible de la empresa estuviera en un ordenador con un sistema operativo tan peligroso.
Moraleja, para ser empresario debería haber un requisito de conocer mínimamente la informática, en especial el software y así no se dejarían tomar el pelo con gastos en licencias de sistemas operativos realmente inseguros, vulnerables y lentos como Windows así como el Microsoft Office, el hijo de dicho jefe debería informarse más de que va el mundo de los ordenadores que no todo se limita al Facebook y al Messenger, hay un mundo ahí afuera.
Es triste que en España aún vayamos con esta mentalidad tercermundista tratando a un sistema operativo libre, seguro, estable y veloz como un sistema operativo mediocre por el hecho de ser gratuito, es triste como mediana y pequeña empresa mire con miedo todo aquello que no sea Microsoft porque pagar significa ser bueno, y ver como la mayoría de la juventud aún en nuestros días utiliza sus ordenadores no como una herramienta de trabajo sino como un medio de entretenimiento limitándose a usar las redes sociales, los messengers y demás.
Algún día tengo la esperanza de que seamos capaces de arrancarnos el parásito de Microsoft que tan solo implantándolo obligatoriamente en los ordenadores consigue venderlo, chapuzas de software bajo mafias y maletines para conseguir pactos con empresas de hardware, colectivos, comunidades y gobiernos para implantar por la fuerza su mediocre sistema operativo.