Hace 10 días escribía un post de reflexión en en transcurso de la romería del Rocio en la que ya se llevaba el recuento de 12 caballos muertos en lo que llevaba transcurrida la famosa romería. Pues por suerte de los caballos supervivientes se acabó esa locura y al final el total de animales muertos ha sido de 23 caballos entre desnutrición, agotamiento, sed e incluso digestión de alcohol por parte de estos descelebrados que para adorar a un trozo de madera son capaces de llevar a la agonía a decenas de animales inocentes para que estos puedan pasar unos días de pedos, alcoholismo, suciedad, ruido, destrozos, y demás sinrazones muy lejos de lo que se podría considerar producto de animales «racionales» dejandolos solo en animales insociables o virus.
Felicidades a la administración por su impasibidad, por su falta de respeto al medio ambiente, por dar cobertura a estos indeseables, por seguir el rollo y por llevar una campaña mediocre que se hacía llamar «El buen uso de los animales» que, viendo los resultados obtenidos, los mismos que el año anterior ha servido de bien poco.
Lo que debería hacer ahora es estudiar uno por uno los casos de muerte y aplicar el castigo merecido al propietario del caballo, tanto al arrendador como al arrendatario que no se puede ser tan hipócrita de multar a un dueño por pegar a su perro y aplaudir a los rocieros por matar a su caballo.
Fuente: Público