-Copia cualquier texto en el portapapeles de Windows.
-Arranca tu Explorer (da igual que sea la ultimísima versión, perfectamente actualizada).
-Visita la página de demostración.
-Voilà! Ahí tienes -negro sobre blanco- lo que antes copiaste.
¿Magia? ¿Adivinación digital?. No, simplemente otra chapuza de Microsoft. Ahora imagina por un momento que lo que tienes en el portapapeles es una contraseña o cualquier texto que consideras privadísimo,.. que bien verdad!