Eso es lo que le ha pasado a Ana Martinez, profesora desde 1995 en el Instituto Cervantes. 13 años trabajando con contratos precarios pero haciendo lo que le gustaba, enseñando el Castellano en otros paises hasta que de repente ve que su último contrato temporal expiraba el pasado octubre pero sin importarle esas chorras seguía haciendo lo que le gustaba, enseñar y pese a saber que el Instituto Cervantes de Tolouse ya tenía a un profesor con contrato indefinido, sin envidia ni resquemor seguía haciendo lo que más le gustaba que era enseñar.
Sobre esta noticia nada se ha visto en la prensa y medios de comunicación españoles por lo que hay que acudir a un diario francés para conocer este hecho. Y no es de extrañar pues es algo vergonzoso y maś cuando proviene de una organización cuya meta es la de dar a conocer la riqueña española de su idioma y cultura pero mal ejemplo es el que da con sus propios trabajadores.
La ley otorgaba a Ana Martínez el hecho de que tras tanto contrato temporal y no haber recibido comunicación ni de despido ni de renovación desde Octubre, el hecho de que tenía un contrato indeterminado pero el 29 de marzo sin carta ni comunicación escrita de ningún tipo, la directora del Instituto Cervantes, Olvido García Valdés, por vía telefónica comunica a Ana Martínez que está despedida y no solo eso sino que tiene prohibido el acceso a las aulas del Instituto Cervantes y parece no ser un hecho aislado sino que es algo ya conocido en el resto de Institutos Cervantes en los paises en los que se encuentra.
Premio Nacional de Poesía para estar 13 años a base de contratos temporales y que te manden a la puta calle después de trabajar a gusto y haciendo lo que uno mejor sabe hacer.
Fuente: El trastero del Cervantes
Via: Meneame