Parece coña pero no lo es y lo peor es que en dicho ascensor había una cámara de seguridad grabando. El buen hombre iba a fumarse un pitillo antes de acabar su jornada y con tan mala suerte que el ascensor se averió estando entre dos pisos en el que, a pesar de abrir las puertas no podía salir ni por arriba ni por abajo.
Sin duda es para un estudio psicológico del comportamiento «racional» humano bajo estas circunstancias, como duerme, como intenta salir, como da vueltas alrededor del ascensor, como intenta salir por la trampilla de arriba (que encima no había) y abajo va poniendo las horas que van pasando.
El video está disponible aquí y la verdad es que es interesante verlo y sobre todo, intentar ponerse en la piel de ese hombre y posiblemente nosotros hubieramos actuado igual.
Fuente: The newyorker