Como ya sabréis los que mejor me conocéis, una de mis mayores pasiones además de la escalada, el trekking y la espeleología es el buceo y dentro del buceo, mis dos grandes amores (con permiso de @mbmarina :P) son la espeleología submarina y exploración de pecios.
Hace algunos años en compañía de mi compañero de aventuras, riesgos y salidas, José Miguel, decidimos ir a hacer una inmersión guapa por la zona de Bendinat. Cuando ya estábamos allí, listos y preparados nos sumergimos en esa bella zona disfrutando de la fauna y flora submarina y, a los 10 o 15 minutos encontramos un velero hundido de unos 18 metros de eslora y de un palo. En plena curiosidad y viendo que era realmente curioso, decidimos dar una vuelta por él.
Ya habíamos visitado alguna avioneta, barco o incluso un submarino por fuera pero nunca un velero. En la leganía parecía nuevo aunque, conforme llegamos vimos que ya llevaba bastante hundido debido al precario estado y crosta pegada al casco y a todo el navío.
En plena curiosidad decidimos entrar dentro del camarote y en plena sesión de curiosidad encontré una especie de piedra interesante dentro del camarote, algo que no entendí muy bien el hecho de que estuviera ahí dentro a no ser que otros buceadores la hubieran metido por lo que me la metí en el bolsillo.
Después de apurar las bombonas y realizar las correctas despresurarizaciones, llegamos a la superficie y tras quitarme el equipo y el neopreno veía que seguía teniendo esa piedra en el jacket.
Cuando saqué «la piedra» me di cuenta que se podía visualizar un trozo de metal dentro de ella por lo que fui rascándola con otra piedra para ver que había dentro. Mientras iba puliéndola iba viendo que cada vez más tenía forma de reloj, un reloj metálico e incluso se empezar a ver la esfera de cristal. Iba a ser un bonito recuerdo de un pecio hasta que mientras cada vez más sacaba a relucir su cristal vi algo que me sorprendió aunque no pude dar crédito y me quedé mirándolo un minuto por si habían sido alucinaciones.
Pasado ese minuto me di cuenta que no eran alucinaciones sino que era reeal, había visto el segundero del reloj pasando ante mis ojos, estaba fascinado, petrificado por lo que ahora, más suavemente fui puliéndolo hasta sacar a relucir todo el reloj. Era increíble, no se cuantos años habrán pasado desde que ese barco se hundió, ni siquiera ponía water resistent en su esfera blanca, sin embargo ahí estaba, dejando ver la hora y la fecha como si nada hubiera pasado.
La marca (y juro que esto no es patrocinado) era un Swatch y a partir de ahí, cuando por aquel entonces era un amante de Lotus pero eso me llegó más que cualquier anuncio de televisión o radio. Me sentí defraudado al ver que mi Lotus Scuba, a pesar de que no se rompió por bucear con el, murió solo por que se fundió un fusible que solo su reparación valía 100€ la reparación.
Me llevé un precioso tesoro de un pecio que era increíble y una marca que no me anunció nada, no me vendió una moto, me demostró con hechos de lo que es capaz y me lo demuestra día a día y con el paso de los años.
Pues esa es la razón de que me encante Swatch serie Irony y, aunque pueda considerarse pijo… creo que es una gran marca y una inversión a corto plazo que durará años, como no… ¡¡me encanta el buceo!!