Hace unos meses, mi niña y yo habíamos coincidido en que sería genial tener un caballo pero lógicamente uno adoptado esperando que saliera alguno muy necesitado para salvarlo aunque, no pensábamos que eso iba a traer una aventura (de hecho de saberlo nos habríamos aventurado antes)
El mundo del caballo es uno más de los tristes mundos de la cría, negocio y tráfico de animales que sucede en España (de hecho el más lucrativo después del del sexo por delante del tráfico de drogas) pero nunca nos esperábamos tanta crueldad, tanta mala leche y tanta locura en ello.
Recientemente recibimos un aviso de un caballo que estaba «a las puertas de ir al matadero». Se trataba de una yegua de tan solo 5 años a la cual mencionaban que tenía un trauma y era imposible de encauzar. Teniendo en cuenta la larga lista de historias y aventuras de animales teóricamente «insalvables» o «imposibles» nos dirigimos este fin de semana para conocer más datos sobre lo que parecía el corcel de Satanás.
Esta yegua fue comprada pura raza con un par de años pero algo sucedió y le metió una coz a un potro que le hizo bastante daño, el dueño, encabronado, se dispuso a sacrificarla pero el propietario de una yeguada se la pidió «prestada» mientras se lo replanteaba para poder criar con ella y solo tenía 3 años, que, teniendo en cuenta que un año de un caballo es un poco de cuatro de un humano, la yegua tendría un poco menos de 12 años humanos.
Con esa edad se quedó embarazada y pacientemente, el propietario de la yeguada esperó los 11 meses de gestación hasta que el potro hubo nacido, pasados los 7 meses de edad, la yegua ya había «cumplido» dado que ya había parido al potro que tanto quería el dueño y ya «sobraba» por lo que el siguiente objetivo era su sacrificio.
Ayer fuimos a la yeguada para poder comprobar la maldad con la que describían a la yegua y vimos un corcel tan bueno como acobardado, asustado, nervioso, eso si, ni una coz ni se puso de patas pero si vimos un potro maleducado, tratando fatal a su madre y mordiendo a todo lo que se movía.
A la yeguada asistimos un «susurrador de caballos» (reiros pero verlo trabajar es sorprendente), la veterinaria y las responsables de la protectora que nos hizo conocer el caso aunque más tarde se apuntó el dueño de la yeguada y a partir de ahí se acabó el buen rollo.
Hasta entonces nos metimos en el paddock con la yegua y la pudimos tocar, acariciar, mimar mientras que el susurrador mantuvo a distancia al potro tan solo tocándole una parte del cuello y diciéndole algo, el potro ya no se acercó más pero… cuando llegó el propietario de la yeguada, la yegua se puso nerviosa, muy nerviosa, relinchando, pataleando, corriendo de un lado a otro y temblando de miedo.
Para poder tranquilizarla salimos todos y una corta y breve charla con el dueño de la yeguada nos hacía una idea de como era este personaje con frases como:
«Esto es un negocio y en los negocios no pueden haber piezas defectuosas, ¿qué hacemos con las piezas defectuosas?»
«Esta solo sirve para hacer filetes de ella»
Pero lo que más nos chocó fue saber la vida que había llevado la Yegua, hacerla criar con 3 años, reprocharle de haber educado mal al potro (cuando ella todavía es una potra) y lo que es peor, con esa edad intentaron domarla (cuando la doma empieza poco a poco a partir del cuarto año) a base de palos mientras estaba atada a un poste y le hacían comer palés y esa es la verdadera razón de la coz que dio al potro, estaba desequilibrada y todavía lo está pero no por ella sino por estos desgraciados.
Tras todo esto la cosa estaba bien clara, tenemos que salvarla y cueste lo que cueste dado que además de haber sufrido lo que ha sufrido, la responsabilizan de todo cuando lo que ha sido es una víctima por lo que:
- Contrataremos el seguro
- Contrataremos al veterinario para un chequeo
- Realizaremos el cambio de papeles, propiedad y chip cuanto antes
- Contrataremos el transporte
- Contrataremos el paddock donde residirá en cuanto la tengamos
- y haremos cuanto esté en nuestra mano para que por fin pueda conocer lo que es vivir, divertirse y ser querido
No diré la cantidad de dinero que nos dejaremos pero hoy por hoy es una prioridad personal el hacer cuanto sea posible de salvarla del matadero.
Tras esto quería compartir todo esto con vosotros porque es algo que me quema y mientras siga allí estaré inquieto, disgustado y bastante deprimido conociendo la vida que está teniendo allí. Ni siquiera le cambiaron el nombre, sigue siendo Mariposa XXIX, a partir de ese momento se convirtió en nuestro Impala.
Fotos
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| Impala |
Actualización:
Hoy hemos recibido una llamada inquietante del actual sitio donde se encuentra Impala, si no la sacamos cuanto antes de deshará de ella inmediatamente
(Continuará…)