Se acabaron las vacaciones. Tras unas semanas sabáticas de internet y hacer otras cosillas como ver películas y leer libros es hora de regresar al blog, a mis quehaceres en la red y las traducciones.
En lo que se refiere a las vacaciones reales marché una semana a Barcelona para ver a la familia y una visita relámpago a Mallorca en lo que, dado que fueron muy pocos los días en los que estuve me quedé con ganas de ver a más gente aunque en Octubre estaré más tiempo para poder quedar con todas las personas que me hubiera gustado quedar, sobre todo Olorin.
En Barcelona, además de ver a la familia quedamos con antiguos amigos de trabajo viendo como algunos ya tenían hasta hijos, habían sido destinados a otros restaurantes o se habían casado y es que 2 años son muchos y en prácticamente todo momento que cogíamos el coche veíamos cosas nuevas, nuevas construcciones, nuevas infraestructuras, nueva gente, etc.
No voy a negarlo, me hubiera gustado quedarme allí o en Mallorca pues la tierra tira y tira mucho. El síndrome post-vacacional no me vino por volver al trabajo sino por volver a Ciudad Real y es que pese a que en realidad todo está mucho más barato, la mentalidad de la gente, su leganía del Mediterraneo, etc es algo que se hecha mucho a faltar.