Un cambio de vida total

Este verano fue un momento de mucha reflexión sobre mi vida. Si bien tenía una empresa como Geocrono en la cual desarrollaba un trabajo que me apasionaba inicialmente como las páginas web, las redes sociales, el posicionamiento, el Big Data o la privacidad de datos, durante estos años y más en los últimos, he visto como es un trabajo muy esclavo, sin horarios, sin límites y muy, muy infravalorado.

Muchos (no todos) pensaban que todo se soluciona con plantillas de WordPress, botones que fabrican solos los desarrollos o aplicaciones, que las páginas se mantienen solas y que la responsabilidad de su mantenimiento es del aire. Tras unas «pseudo-vacaciones» en las que estuve más pendiente de las llamadas y los virus que de la familia o del momento de desconectar, en un viaje haciendo un Blablacar me topé con una persona muy agradable (como casi todos los que suelo llevar) y me contó que era maquinista de Renfe.

Ante el absoluto desconocimiento del tema, le comenté que me gustaban bastante los trenes y que pena que se «me pasara el arroz» para hacer un giro en mi vida a lo cual me respondió que eso era o estupidez o cobardía (y debo reconocer que eso me marcó) y me comentó sus pasos para estar donde está y fue iniciando (hace solo dos años) un año realmente duro de academia, estudios, exámenes e incluso pruebas físicas y aplicándose y estudiando intensamente y sin parar durante ese año se conseguía la licencia y diploma de maquinista, un trabajo que tiene una enorme oferta de trabajo en el mercado.

No pasó ni una semana de la conversación en la cual, en familia, decidimos iniciar este nuevo reto, inscribirme en Medway para ser maquinista aunque eso significaría un cambio absoluto de vida, nuevos horarios, invertir todos mis ahorros y, especialmente todos mis esfuerzos.

Ya llevo 4 meses muy duros e intensos de estudios, libros, documentación y fichas, exámenes por doquier y muchísimas pruebas para prepararme para el examen de la AESF que dictamina y otorga las licencias ferroviarias. Si todo va bien, en dos meses empezaré las prácticas y, si antes me gustaban los trenes, tras ir desgranando y descubriendo el mundo ferroviario me he apasionado tremendamente tanto por su historia como su proyección en el pasado, presente y, sobre todo, futuro.

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