Gracias al blog de K40s leo un buen artículo de Periodismo Incenciario sobre Eduardo Madina, una víctima del terrorismo de ETA del PSOE que sufrió un atentado en el 2002 donde dice cosas y argumentos que la verdad estremecen y en especial la actitud por parte de la AVT (teoricamente la asociación de víctimas del terrorismo) que una vez más me corrobora su verdadera identidad, función y fin, la del rédito electoral y márqueting del PP usando los muertos y víctimas como un gran cartel publicitario.
Pongo textualmente el artículo:
ETA intentó asesinar a Eduardo Madina en 2002, cuando el ministro del Interior se llamaba Mariano Rajoy. El ahora diputado socialista denuncia que los dirigentes del PP jamás se han molestado en preguntarle cómo se encuentra. Quizá porque algunos políticos distinguen entre víctimas de primera (las que convocan manifestaciones partidistas) y víctimas de segunda (las que mantienen un discurso tan sólido y racional como Madina). Destaco algunas respuestas del diputado socialista, en una entrevista que publica El País. Son tan contundentes que no necesitan mayor glosa:
Yo he procurado guardar muchas cosas. No he querido poner mi condición de víctima al servicio de mis tesis políticas. No quiero en ningún caso que mis testimonios tengan más peso que los de alguien que no sea víctima del terrorismo. Ser víctima no me parece un valor añadido a la hora de tener razón. Es verdad que soy una víctima de ETA, pero no sólo soy una víctima de ETA. Y he querido dejar todo esto muy claro en mi interior para que no sea ETA -o lo que ETA fabricó en mí el 19 de febrero de 2002- la que decida mis perspectivas, ponga mis filtros, genere mis críticas y construya mis pensamientos políticos, mis iniciativas, mis reflexiones…
No me dolió que no estuvieran [representantes de la AVT] en el juicio porque no lo esperaba, pero unos días después alguien me envió una fotografía por Internet de José Alcaraz dándole la mano a Sáenz de Ynestrillas en la puerta de la Audiencia Nacional y entonces, en ese momento, sí me dio pena que prefiriera la compañía de Ynestrillas a la mía.
Estoy convencido de que hay gente dentro del PP que no está de acuerdo con la frase estrella de Mariano Rajoy: ‘El Gobierno Zapatero está traicionando a las víctimas’. Esa es su mayor aportación de la legislatura, su titular, su momento estelar, su hit, su cima más alta, pero ahí se desmontó como político, se convirtió en otra cosa. Se deconstruyó a sí mismo como aspirante a la presidencia de un gobierno. Él ya no vale para eso después de la frase. Le va a perseguir siempre, toda su vida, a no ser que algún día pida perdón por ella.
Todavía no he conseguido que me pregunten qué tal estoy [los dirigentes del PP]. Ni Acebes ni Zaplana. Ni nadie del PP vino a verme al hospital. Nadie. Nadie entró en mi habitación y me dijo: ‘hola, soy Fulanito de Tal, miembro, dirigente o lo que sea del PP…’. Estoy seguro de que tengo la solidaridad del Partido Popular, porque no puede ser de otra manera, pero durante aquellos días nadie me la llevó a la habitación del hospital. Y tampoco he conseguido todavía que Rajoy me pregunte cómo me encuentro. Él, que dice que tiene a las víctimas por bandera.