Cada día podemos ser testigos en los medios dos tipos de noticias respecto a la privacidad, el más preocupante es aquel que a estas alturas ya no es noticia y son los escándalos como Cambridge Data, filtraciones por doquier, Gobiernos que solicitan a diario los datos y contenido personal de sus ciudadanos.
Este dato es tal que el gobierno estadounidense se reserva el derecho de manera legal, de acceder a los datos de cualquier ciudadano del mundo si éste tiene datos en servidores estadounidenses gracias a leyes como por ejemplo la FISA (Ley de Supervisión de Datos de Inteligencia sobre Extranjeros) donde ni siquiera es necesario un requerimiento judicial.
Sin embargo, si bien no es tan conocida, la otra noticia (no tan frecuente) es la del bloqueo gubernamental a servidores que se niegan a pasar por el aro de ceder los datos personales de sus usuarios y es el método a disposición de quien no controla los servidores donde se almacenan lo datos mundiales de los usuarios.
Una de estas noticia fue durante el mes pasado cuando le tocó a Protonmail seguir los pasos que ya recorrió Telegram en el mismo país y fue toparse con la censura por parte de Rusia.
El comienzo del problema surgió de una carta secreta del 25 de febrero, en la que el FSB (la agencia de inteligencia rusa) ordenó a dos de los proveedores de servicios de Internet más grandes de Rusia, MTS y Rostelecom, bloquear el tráfico desde Rusia a los servidores de Protonmail, de este modo evitando que los ciudadanos que hiciesen uso de los servidores de correo rusos pudieran comunicarse con usuarios con ProtonMail.
Esta carta (que tenía que haber quedado en secreto) fue publicada y dada a conocer por TechMedia que obtuvo una copia de la carta y la dio a conocer. No fue hasta ese momento en el que la FSB argumentó que el bloqueo era una respuesta ante una oleada de falsas amenazas terroristas que azotaban el país que conllevaron a la evacuación de escuelas, estaciones, centros comerciales u oficinas.
Sin embargo, el sistema que se usó para bloquear los correos desde Protonmail sino hacia Protonmail por lo que lo que se argumentaba con la decisión que se tomó para bloquearlo es incoherente.
Existe un falso mito difundido como verdad por diferentes medios y es tratar la privacidad como que se tiene algo que esconder. En el caso de Protonmail, es una compañía suiza, con una jurisdicción neutral que respeta las normas legales internacionales y que regula las condiciones y uso de la compañía.
Si, por ejemplo, el gobierno ruso presentase un asunto criminal (como falsas amenazas terroristas) a la Policía Federal Suiza o al mismo equipo de ProtonMail, estos casos son investigados y en caso de ser cierto, el realizar amenazas terroristas falsas es ilegal en Suiza y, evidentemente va contra los términos y condiciones el uso de ProtonMail para propósitos criminales.
Si hubiera evidencia para corroborar las reclamaciones, se medidas contra las cuentas en cuestión. Sin embargo, el gobierno ruso no contactó en ningún momento ni por vía judicial, policial ni de comunicación con la compañía.
Velar por la privacidad no es velar por ocultar criminales ni hechos ilegales que es lo que muchos parecen insistir con la excusa de poder desencriptar y tener los datos, comunicaciones y mensajes de todos los usuarios del mundo, algunos simplemente para supeditar a los usuarios o espiarlos, otros para ofrecer publicidad pero igualmente todo es expuesto.