Sionismo, la nueva versión del nazismo

No hace tanto (en 1975) cuando la ONU adoptó la resolución 3379, que, como otras tantas buenas decisiones de la ONU quedaban en un papel sin carácter vinculante en el cual, asociaba al sionismo con el racismo (72 votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones).

43 años después vemos como esa decisión, que fue derogada en Madrid en 1991 gracias al gran poder que fue adquiriendo Israel en años posteriores, se convierte en realidad, una cruel realidad que, lejos de quedarse en simplemente racismo se ha convertido directamente en genocidio, un genocidio colectivo hacia un pueblo ocupado como es el Palestino y que, lejos de quedarse en eso, una vez erradicado otros países árabes se verán involucrados ante una política expansionista e imperialista que no tendrá fin.

Lejos de caer en la tentación por parte de alguno, de confundir sionismo con semitismo, debo decir que un poco de lectura nunca viene mal, y especialmente que es el semitismo que no es otra cosa que aquellos cuyo origen es de aquellas naciones de lengua semita, del mismo modo, tampoco confundir sionismo con judaísmo. El judaismo, al igual que el cristianismo, el budismo o la religión musulmana me dan absolutamente igual, el problema es cuando, bajo el nombre de un determinado Dios o supuestos derechos históricos, determinados países, lobbies o gobiernos se crean con el derecho de invadir otros países al más estilo alemán nazi con invasiones como Polonia, Austria o Checoslovaquia.

El pueblo judío ha sido cruelmente tratado a lo largo de la historia y la cúspide fue precisamente el exterminio nazi, un exterminio símbolo de la sinrazón, del extremismo y de lo peor que es capaz de llegar a hacer el ser humano pero, lejos de aprender de esta negra historia, se ha usado para dos grandes hitos de Israel, el de crear el intocable papel de víctimas permitiendo que nadie ni nada sea capaz de criticarlos sin ser tachados de antisemitas y el de la no necesidad de crear campos de concentración para exterminar a un pueblo sino el de reducir tanto a un país en el más severo internamiento y bloqueo convirtiéndolo en otro campo de concentración pero más amplio.

Mientras el mundo teme no ser políticamente correcto condenando las atrocidades de Israel, se sigue aniquilando a un pueblo, se sigue con el genocidio, se sigue construyendo un Cuarto Reich.

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