Hasta ahora tenía una opinión muy clara sobre el caso «Pablo Hásel» y es centrarme en la sensatez, del mismo modo que yo siempre he pedido penas, multas o prisión sin excepción para aquellos que han usado las amenazas, el terrorismo, la incitación a la violencia hacia otras personas independientemente de si es hacia rojos, azules, verdes, heterosexuales, homosexuales o lo que sea, no puedo justificar lo mismo hacia otras tendencias.
Si cogemos algunas letras cambiando solo los nombres (en negrita), pediría pena de prisión varios años por lo que debo ser coherente:
«¡Merece que explote el coche de Pablo Iglesias!»
«Siempre hay algún indigente despierto con quien comentar que se debe matar a Pedro Sánchez»
«Mi hermano entra en la sede del PP gritando ¡Gora ETA! A mí no me venden el cuento de quiénes son los malos, sólo pienso en matarlos»
«Pienso en balas que nucas de jueces rojos alcancen»
«¡Que alguien clave un piolet en la cabeza a Alberto Garzón!»
¿Qué pasaría de tener otros nombres? ¿Otras tendencias?
Si creo fielmente que ha hecho méritos para entrar en prisión con este breve resumen muy ilustrativo:
- 2015: Apología a ETA y Al Qaeda: 2 años de cárcel
- 2016: Agresión a un cámara de TV3: 6 meses de cárcel
- 2016: Agresión a un testigo: 2 años y medio de cárcel
- 2018: Imputado por asalto
Pablo no es un inocente ni mucho menos como tampoco lo debería ser cualquier otro pero ahí viene la segunda parte de mi post y es que si hay muchos otros con los mismos credenciales, delitos y/o crímenes que quedan impunes, manifestaciones neonazis con un claro delito de odio tipificado por el código penal que, no solo es autorizado sino que además consentido.
Políticos corruptos que quedan en libertad sin cargos, Borbones que han robado millones de euros a su pueblo y viven como dioses en Dubai, militares y ex-militares solicitando un golpe de estado contra un gobierno democrático, psicópatas que amenazan de muerte a una familia o disparan a figuras con su rostro.
¿Qué pasa con ellos? Lo mismo que con las manifestaciones donde mientras en Salamanca, La moraleja o manifestaciones fascistas es la propia policía quien es apoya y les protege, otro tipo de manifestaciones se intentan boicotear, reventar o crear disturbios y violencia.
Ya cansa tanta demagogia, hipocresía y estupidez por todas partes.