Apenas hace dos meses cuando escribí un artículo en el que mostraba mi tristeza a la vez de frustración al ver como las decisiones políticas por parte de las grandes compañías tecnológicas estadounidenses tenían tantísima relevancia hasta el punto de temer que en futuro se dejen de lado cualquier tipo de opinión, decisión o elección por parte de países, personas u organismos.
Del mismo modo que Facebook bloqueó las cuentas de Crimea, ahora es Google el que, sin mediar palabra, sin consultar, sin tener en cuenta todos los factores geopolíticos de la zona, decide unilateralmente borrar literalmente el nombre de Palestina de sus mapas.
Sin entrar en centrar este artículo en adjetivos entre los cuales inmoral o vergonzoso tendrían una perfecta cabida así como esta decisión de Google no es vinculante, si es preocupante teniendo en cuenta que lejos quedan ya los mapamundi o atlas tan característicos de los años 80/90 siendo Google Maps al igual que Apple Maps los mapas de referencia mundial.
Con este tipo de decisiones, una vez más una compañía tecnológica vuelve a mostrar su impresionante desidia tanto a la situación política real como a la soberanía de países como es el caso de Palestina (o Estado de Palestina), un país reconocido, con unas fronteras reconocidas por la ONU desde 1967 aunque alguno de sus territorios ocupados por Israel y reconocida también por la Unión Europea desde el 2014 siendo EEUU el único país que se niega a reconocer su existencia.
Si bien no voy nadie para mostrar a Google que existe un Estado llamado Palestina, los tentáculos de poder de Israel son lo suficientemente extensos para que se sigan produciendo este tipo de manipulaciones y censuras hacia todo aquello que no promulgue con su opinión.
Lejos queda ya aquella época de Don’t Be Evil y que mejor manera que colaborando con un exterminio y genocidio como el cometido en Palestina.