Escribo este post a raíz de un escrito más típico de la factoría amish que de una persona que sea capaz de hacer un post en un blog (y no en un diario, un periódico o un magazine en papel que sería más razonable y coherente). Los eBooks.
Lo más importante que extraigo es que sea tradicional o de papel, lo más importante es que nunca, nunca se pierda una costumbre tan sana como lúdica como es el leer y ahí se queda toda cualquier coincidencia entre dicho post y el mío (además de que este está hecho desde un humilde blog por un humilde blogger lejos de la gran popularidad de Gizmodo.
Nada más comienza el argumentario del artículo, el primer punto mencionado es el interés de la apertura de tiendas físicas por parte de Amazon para la venta de libros como si con ese movimiento Amazon quisiera dar mayor importancia a los libros tradicionales frente a los electrónicos. ¿Alguien que conozca Amazon piensa que se le ha dado poca o menos importancia al libro tradicional frente a la Tienda Kindle teniendo en cuenta que todo el protagonismo y mayor beneficio de Amazon ha sido precisamente los libros tradicionales?
Si nos vamos a su desplegable de categorías, ¿no es precisamente la de libros tradicionales la que ocupa el primer lugar?
La apertura de librerías físicas no responde a un cambio de tendencia, responde a un determinado segmento de lectores que prefieren, no solo los libros tradicionales sino la tradicional forma de compra, es decir, ojear, ver las tapas, ver la calidad de su papel, comparar y sentir, una respuesta que, repito, no tiene nada que ver con un cambio de tendencia digital vs tradicional.
La apertura de librerías físicas no responde a un cambio de tendencia, responde a un determinado segmento de lectores
El siguiente punto que se expone es el de «Los inconvenientes de la tecnología»:
«Comprar un libro electrónico requiere de un nivel mínimo de aprendizaje. Hay que descargarlo, sincronizar el dispositivo y encontrar el archivo.»
Totalmente de acuerdo, del mismo modo que he desistido de enseñar a mi abuela a usar el decodificador de Movistar TV. Los libros electrónicos están orientados y son óptimos para la gente con cierto conocimiento digital y tecnológico en caso de querer traspasar un libro a un Kobo o similar porque el proceso de compra de un libro a través de la Tienda Kindle es todavía más sencillo que el comprarlo en una tienda tradicional.
Vamos a ver el mismo ejemplo de los inconvenientes tecnológicos a la hora de hacer ese artículo pues, sería mucho más fácil comprar un boli y un papel para escribirlo que tener que abrir una página web, acceder a la sección de administración, abrir nuevo post, escribir el post, adjuntar las imágenes, enriquecerlo con negritas o cursivas y dejarlo en borrador hasta que el editor (en caso de Gizmodo) le de el visto bueno y lo publique. Por esa regla de tres, ¿no sería mejor usar el método tradicional?
El siguiente punto creo que es de todos el mejor en cuanto a incoherencia con algo de demagogia, el de «Eficiencia Vs Placer» donde, en primer lugar se busca una respuesta o excusa hacia los problemas de distribución, de tener que pedir en el FNAC o en la librería de turno que te reserven o te traigan un libro o tener que ir de librería en librería el que tu quieres.
Se trata este tema incluso con «romanticismo» y el «placer de buscar». Del mismo modo que antes, busquemos el símil en lo musicalmente hablando y la belleza de recorrer diferentes tiendas de música buscando el disco en vinilo de tu grupo favorito, lo bonito que era pasar de vinilo en vinilo por orden alfabético, lo bonito y placentero que era poner la aguja en el mismo e incluso dar media vuelta cuando se acababa una cara lo mismo que las cintas de casette pero, personalmente, dudo que el escritor haya dejado el iTunes, el Spotify o el Play Music para volver a los vinilos por lo que, creo que es importe tener cierta coherencia.
Más adelante en el post hay una serie de puntos que ni siquiera vale la pena ni mencionar desde el hecho de tenerlo físicamente recordándome a aquellos vendedores de enciclopedias que te las vendían por tamaños y no por contenido para poder adornar el mueble del salón (y eso que el metro cuadrado hoy en día no está como para llenar un piso de 30m² de libros.
Tampoco entra en los detalles de que un libro convencional puede tener un peso medio de entre 500gr y 1 Kg en comparación con los 250gr de un lector electrónico de media o poder leer sin luz aparte molestando a tu cónyuge en la cama.
Sinceramente, más que un post en un blog tecnológico, parece un artículo en un diario de Amish. En ningún momento podré criticar a los libros tradicionales y menos a sus lectores porque, como he empezado diciendo, lo más importante no es el como sino el que se lea, que se mantenga una tradición tan hermosa, lúdica y educativa como esa pero, justificar una «costumbre» con la crítica hacia la tecnología me parece tan hipócrita como demagógico.