Podrán caernos bien, mal, mejor o peor pero el Reino Unido están dando una lección de democracia tal, que en cuanto a comparativa, dejan a España a la altura del betún.
Si bien históricamente no se han caracterizado por demócratas o por la libertad de elección (Escocia, Irlanda, etc) en los últimos años está demostrando ser realmente una democracia dando a elegir a sus ciudadanos el camino a seguir.
Ya partiendo de su base de ordenación territorial podemos observar que el Reino Unido es un Estado unitario que está formado por cuatro naciones constitutivas independientes (Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte) en donde, aunque la capital se encuentre en Londres, cada nación que compone el estado cuenta con su propia administración, gobierno y capitalidad dejando la idea de las «autonomías» como mera broma de mal gusto. Pese a ello, difícilmente podemos ver una desunión entre las naciones que forman el estado, algo que si es frecuente ver en Bélgica, España, etc.
Por otra parte, mediante el sistema de condados donde cada uno de ellos elige a su representante con una verdadera voz y voto en las decisiones británicas es posible observar verdaderamente un sentido en la cámara baja, lejos de la comedia llamada Senado en otros países donde su presencia simplemente es para mantener tradiciones con poco sentido legislativo.
Por otra parte, la Monarquía tiene cierto sentido en ese Estado con cierto poder, con la posibilidad de despedir unilateralmente al primer ministro si falla en sus responsabilidades, con la responsabilidad de reunirse semanalmente con el jefe de gobierno para conocer la situación de las naciones, etc. pero, realmente a lo que voy es a la lección que está dando en Europa y especialmente en España en sus recientes decisiones.
Cierto es que el Reino Unido cuenta con una monarquía que puede tomar decisiones finales, también una Cámara de los Lores y una Cámara de los Comunes pero, a la hora de tomar decisiones realmente serias, estos últimos años ha hecho recaer las decisiones del rumbo a tomar como país a sus ciudadanos.
Ya no solo hablo del referendum en Gibraltar en el 2002 con un resultado del 98.48% que votaron NO a la pregunta «¿Aprueba usted el principio de que Gran Bretaña y España deben compartir la soberanía sobre Gibraltar?» sino otros referendums tan importantes como la independencia de Escocia que, lejos de esconderse o prohibir que el pueblo pueda decidir, reforzó la unión del reino mostrando que la mayoría de los ciudadanos escoceses deseaban seguir siendo británicos con el 55.3% de NO a la salida del Reino.
Ahora le toca decidir al pueblo británico si desea continuar en la Unión Europea y, ciertamente si en lugar del Parlamento Británico fuese según gobiernos de otros países la respuesta sería «La decisión afectaría a toda la Unión Europea ergo la decisión debe recaer entre los estados miembros de la Unión Europea» aunque estemos hablando de la quinta economía del mundo.
La decisión de elección del pueblo británico (Escocia) o territorios de ultramar (Gibraltar) además de todo el Estado en caso de la «secesión» de la Unión Europea muestra toda una lección de libertad, de democracia y de seguridad que refuerza todavía más la unión de ese reino.
La prohibición de elección, el silencio y el esconderse con gran cobardía queda lejos de lo que se podría considerar democracia finalizando este post con una definición literal de otra palabra, dictadura.
Del lat. dictatūra.
1. f. Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.